lunes, 7 de septiembre de 2009

Sin rumbo


Algo anda mal. La situación no es crítica, sí preocupante. Hay talento, personalidad y coraje dentro de un plantel repleto de estrellas que brillan en sus clubes pero sufren la desorganización propia de un rejunte. Se los nota inseguros, lentos y sin reacción.
Para armar una Selección se debe tener en cuenta tres cosas: un equipo, los momentos y los jugadores. Un proyecto debe buscar en el conjunto, las respuestas a las falencias individuales, a los bajones anímicos y a los golpes de efecto. Brasil desnudó todas las falencias.

Los sabios hablan de la columna vertebral. El 1 , 2, 5 y el 9. En tres de esos puestos, Argentina tiene problemas. La dos es del central del Bayer Munich aunque no termina de convencer. “Carrizo es mi arquero”, dijo Maradona cuando asumió. Rápidamente se inclinó por el ex Estudiantes, hoy en día cuestionado, Mariano Andujar. La 10 es de Lio que no es 10 pero encara en los últimos metros con más ganas que ideas. Se pierde, se presiona y no se lo ve feliz en la Selección. Se lo cuestiona demasiado y pareciera que no gustara que sea crack en Barcelona, bien rodeado.

Todos juegan de lo mismo. Argentina tiene una generación de futbolistas fantásticos que comparten puestos. Messi, Agüero, Tevez, Lavezzi y hasta Licha Lopéz, el más nueve de los cuatro, son jugadores con características similares.

Más de 60 jugadores fueron convocados en el ciclo Maradona. Un equipo se hace con 11 y con cinco suplentes listos para saltar al campo y suplir con el mismo mensaje e idéntico objetivo, la tarea del titular.
Brasil es la contracara de Argentina. Aprendieron a defenderse, tienen un gran arquero, el medio te come los tobillos y adelante mata con destellos de Kaká y la potencia goleadora de Luis Fabiano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

la seleccion la seleccion se va a la puta que lo pario !