Esta semana varios argentinos que juegan en el exterior e integran la nueva lista de la selección argentina para los decisivos choques con Perú y Uruguay, estuvieron presentes en la Liga de Campeones y la reinventada Copa UEFA, ahora Europa League.
Pablo Aimar y Di María visitaron al AEK de Atenas, donde juegan Saja, Scocco y Sebastián Blanco, tres viejos conocidos del fútbol local. Pablito alternó buenas y malas. Su mejor versión se vio durante la primera mitad. Rápido, punzante y armador. El Aimar modelo 2009 ya no es aquel pibe cordobés que deslumbraba a todos por Núñez. Con casi 30 años explota su habilidad de otra manera. Se para más cerca del 5 y toca de primera con una calidad sin fecha de vencimiento. Juega de 10, detrás de Saviola, su eterno socio, y del paraguayo Tacuara Cardozo. A su izquierda lo tiene al joven Di María, lo mejor del Benfica ayer. Desborde, pegada y gambeta productiva del ex Central, quien renovó con el club luso por seis temporadas más.
Lejos de Atenas, Gonzalo Higuaín no pudo justificar su convocatoria con muchos minutos en cancha. Ingresó en el segundo tiempo por Cristiano Ronaldo. El portugués le imprime goles a un Madrid que todavía no es "equipo" como el Barça pero muestra signos vitales luego de los flojos partidos de pretemporada. Gano 4 de 4 en la Liga española y sus dos compromisos por Champions. Sin deslumbrar, le sigue el ritmo a los de Pep bajo los millones en cancha que puso Florentino Pérez. El chileno Manuel Pellegrini centra su receta en la rotación constante de figuras, excepto la frutilla del postre, Cristiano.
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