¿La pelota sigue picando?

Los jugadores reclaman las deudas de los clubes. Los dirigentes no tienen efectivo para pagarles. Los empresarios desaparecen en tiempos de crisis y malos olores. La AFA no tiene más plata para prestar pero presiona con inhibiciones. ¿No tiene o ya no quiere?

Los clubes siguen año tras año, salvo contadas excepciones, demostrando su poca efectividad y eficiencia a la hora de administrar los pocos recursos que tienen. Los derechos televisivos siguen lejos de las cifras que maneja la elite europea. El principal ingreso, venta de jugadores al exterior, se cae como arena de las manos de las arcas de los clubes en un breve lapso, de Apertura a Clausura. La crisis internacional pegó fuerte en la exportación de talentos argentinos al exterior. Hay menos para repartir y más agujeros que tapar.

Déficit, números en rojo y más deudas. Costosos operativos de seguridad en cada localía. Contratos, primas y premios en dólares y con números ilusorios para el mercado local. Los hinchas que presionan para que los dirigentes armen planteles competitivos, con grandes figuras. Grondona como siempre en el ojo de la tormenta. ¿Quién se queda con la torta del planeta futbolero? ¿Cómo se reparte? ¿El fútbol argentino necesita agotar los tres cambios para dar vuelta la historia? ¿Qué prefieren los hinchas? ¿Planteles para ganar campeonatos o aguantar años de sequía y apostar a las inferiores con contratos al día?

El escenario es parecido al de diez años atrás. Nadie cumple lo pactado y el único perjudicado es el fútbol. ¿La pelota sigue picando?